La mirada, espejo del alma.

Muchas veces me pasa que pierdo la oportunidad de disfrutar más y mejor a mi perro porque estoy distraída o hago sus cosas por responsabilidad.

Cuando reflexiono y me doy cuenta que este error es frecuente, intento recuperar lo que no observé, lo que no olí (u olfateé), toqué o dije.

¿Saben quien me ayuda mucho a recuperar este estado o posibilidad de tener atención permanente?

Obvio- los animales, todos ellos.

Aunque esté más enfocada en perros y gatos, la verdad es que cada especie sintiente y viviente me da la alternativa de recuperar la concentración perdida.

Hay gente que proveen bienestar a sus animales por obligación o por conveniencia, perdiendo la posibilidad de involucrarse y de descubrirse y descubrir de manera más profunda a sus animales.

Aquí el tema ¿Cómo podemos estar realmente atentos y conectados con nuestros animales en cada
momento o actividad que realicemos con ellos?

Es complicado, no es fácil; los distractores con los que vivimos hoy día nos pegan a todos, por eso aquí la propuesta: poner atención a la mirada de tu animal de compañía.

En el caso del perro, la intensidad de su mirada, hacen volver la cabeza y devolver sin palabras, esa mirada, con el alma en los ojos tal como el alma de tu perro brilla en su mirada.

El menor movimiento que realizas, está en la atención penetrante del perro.

En otras especies, como el gato, su silencio, se transforma en una obligación hacia el respeto. Lo pausado de su forma, el aspecto pausado es una manera de seguir su ritmo y la elegancia de sus movimientos.

Sin embargo, toparse con su mirada oh Dios! Puede transformar, penetrar y transmitir sabiduría milenaria encapsulada en un solo ser.

Por eso, no olvides poner atención en la mirada, que como bien sabemos sigue siendo el espejo del alma.