La intención de este blog, es reivindicar el papel que le corresponde al reino animal desde distintas perspectivas, la principal: comunicación a distancia con ellos. Sin embargo la variedad siempre ayuda a comprender las cosas por diferentes rutas es como aquello de distintos ríos que te llevan a un mismo mar.

rio

Comunicación interespecies y divina proporción.

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¿Por qué toco el tema de la sección áurea ó divina proporción para hablar de los animales cuando es un asunto más bien enfocado a arquitectura u otras artes? Bueno, porque la integración de las partes en un todo siempre me ha llamado la atención; construir una mirada multidisciplinaria permite abrir el corazón y el cerebro, ese complejo órgano que identifica al individuo, es la individualidad, es el yo. Lugar en donde también viven los sentimientos y la toma de decisiones, actitudes que cuesta trabajo ubicar en términos eléctricos o químicos. Pero que de acuerdo a los científicos reside en nuestros genes y en su interacción con el medio externo, el hábitat, el ecosistema que compartimos con cientos de especies.

Otra de las reflexiones que me llevó a abordar el tema es esta visión oriental que tiene que ver con la hechura y diseño de un punto de vista en el que lo reverencial no son dominio exclusivo de lo sobrenatural. Muy por el contrario, las maravillas de la naturaleza, como el modelo estructural de un panal de abejas, las células dentro de un organismo palpitante y viviente o el diseño de las alas de una mariposa, crea patrones de totalidad que se reflejan en las artes, en los seres vivos, en la arquitectura dando orden y una forma tangible que unifica y que a su vez transforma y rebasa nuevos limites.

Me atrevo a sostener esto porque la sabiduría de la naturaleza siempre se exhibe como el mejor ejemplo de cómo vivir. Por lo que no me extraña que yo misma busque la manera de puntualizar y matizar para evitar cualquier sospecha de frialdad o frivolidad.

Además observo, leo y analizo que nuestro momento histórico en términos de avance científico, como dice el español Carlos Martínez super especialista en Inmunología con experiencia en algunas de las más prestigiadas instituciones mundiales, …”es la primera vez en la humanidad que el hombre puede ser dueño de su futuro… previsiblemente estaremos en condiciones de superar las fronteras de la vida que hoy día conforman al ser humano” y al reino animal agregaría yo.

Vida animal y vida humana

Por eso, insisto en que el reino animal es tan importante como el reino humano, el reino tecnológico, el botánico, y todos los otros reinos, los tangibles y los que no lo son.

Esta armonía y completud de la que los grandes pensadores hablan, no escapa de mi atención y de mi emoción por crear una nueva posibilidad de comunicación con las especies con las que compartimos este maravilloso planeta lleno de luz y de sombra.

vitruvio

Imagino que cuando el gran Leonardo da Vinci ilustró su famoso dibujo Vitruvio, como otros maestros del Renacimiento, que sabemos, fue un estudioso grande y perspicaz de las proporciones armoniosas que además de grandes creaciones también ilustró el libro del matemático Luca Pacioli “La divina proporción”, sobre la sección áurea, ilustrando de manera tal que las dudas se disipan de una vez por todas. En esta obra, Leonardo sintetizó sus estudios de las proporciones adecuadas en estas estrujantes palabras: “…toda parte está dispuesta a unirse con el todo para sí, quizás escapar de su incompletitud”.

Esta disposición de las diversas partes a unirse con el todo fascinó a varios, estas mismas certifican el importante papel que desempeñan las relaciones proporcionales compartidas incluidas absolutamente las anatomías de los animales.

Cuando leí sobre este tema, leí más, exploré más y aquí lo quiero platicar con esa confianza y esa esperanza de que este texto les parezca entretenido y útil para la comprensión de la comunicación con los animales.

Como les he platicado en otros artículos, en la vida animal, compartir es un proceso tan natural y elemental en la formación según patrones de conducta heredados porque su grado de eficiencia es tal, que ha sido un motivo principal e importante para la misma sobrevivencia.

chorlitoEl naturalista ruso Kropotkin, en su libro “El apoyo mutuo”, menciona que el chorlito blanco y negro “tienen bien merecido el término de ‘buena madre’ que le dieron los griegos, pues nunca deja de proteger a las demás aves acuáticas de los ataques de sus enemigos”. Este pájaro valiente ganó su fama por compartir los riesgos y peligros que viven sus compañeros, fingiendo que está herido, estrategia que ayuda a que el enemigo se aleje del nido acechado. Su método es pegar de gritos y revolotear como loco, batiendo sus alas.

Otro ejemplo es el que reporta von Frisch y otros, en que las abejas comparten información detallada de en dónde encontrar alimento dando de vueltas, usando el lenguaje de la danza: si el movimiento es de una forma, es que el alimento está cerca y si el alimento está lejos es de otra manera la danza.

El grillo macho comparte su incitación al apareamiento con grillitas distantes con un sonido incitador y provocador. Los pájaros también cantan para el apareamiento, además de compartir otro tipo de información como el acercamiento de algún enemigo o intrusos amenazadores que puedan quebrantar el romántico momento del apareamiento.

ballenaDentro de los animales que cantan, calculo que el canto de las ballenas es célebre por ser su mejor manera de comunicarse; en particular la ballena jorobada canta con sonidos inquietantes que va de lo bajo profundo a la sonora aguda; aunque a la razón humana aún no está plenamente identificado sus mensajes, los científicos creen que es para “identificar individuos y mantener unidos los grupos pequeños durante las grandes migraciones oceánicas”.

Retomando otra vez a Kropotkin, él menciona que en las estepas de Siberia se reúne miles de aves migratorias y “antes de partir, permanecen reunidas en determinado lugar durante varios días seguidos y evidentemente comentan las particularidades del viaje…todas esperan a las demoradas… y finalmente salen en ciertas direcciones perfectamente elegidas- fruto de la experiencia colectiva acumulada- volando las más fuertes a la cabeza de la bandada y relevándose unas a otras en esa difícil tarea. Cruzan los mares en grandes bandadas formadas por pájaros grandes y pequeños”.

Compartir las aflicciones de los demás y rescatar a los compañeros en peligro es algo registrado en muchos animales de distintas especies.

Este gran científico se convenció de que la participación en la forma de “asistencia mutua y cooperación” no era solo el “origen pre humano” de toda conducta moral sino también “una condición básica de la supervivencia y un factor crítico de la evolución”.

W.C. Allee sintetiza lo siguiente: “Compartir, es un proceso creativo. Hemos observado que la participación, como curso se manifiesta como principio básico de formación según ciertos patrones y da forma armoniosa en la vida animal, de igual manera que da forma a las armonías proporcionales de la anatomía humana, la música y las demás artes”.

En efecto, existe un “mana” en el compartir. No es magia: es el “mana” del compartir, que es la naturaleza de la propia naturaleza.

Bronowski menciona: “La ciencia no es nada más la búsqueda de la unidad en la salvaje variedad de la naturaleza o más exactamente en la variedad de nuestra experiencia”.

La unidad en la diversidad en patrones orgánico e inorgánicos es un principio que hay que observar, la unidad que compartimos con las plantas y los animales se aprecia en que nuestro progreso, como en el de ellos, parece desarrollarse desde un único centro, que en nuestro caso, como en el de la rana está en la parte superior del sacro.

¿Observan como somos similares? Esta es la integración de un todo a lo que me refiero, pero sigamos, hay aún algo más por observar con la sección áurea.

Cuando compartimos con otros nuestras limitaciones, igual que lo hacemos con nuestras sección áurea con nuestros vecinos, complementamos nuestras imperfecciones y las de los demás, creando la armonía viviente del arte de vivir. Este arte se compara con las armonías creadas en la música, danza, el mármol, la madera y la arcilla. De esta manera, “…es posible vivir porque las proporciones del dar y recibir más las proporciones áureas de la naturaleza, que han dado forma a la mente y mano humana, son, después de todo parte de la naturaleza. Los procesos básicos que observamos en la naturaleza pueden continuar dirigiendo todo aquellos a lo que la mente y mano le den forma, en tanto la mano y la mente sean fieles a la naturaleza”. El poder de los límites, György Doczi.

La grandeza de lo pequeño

Para contextualizar aún más y de modo más profundo, me encantaría retomar otro delicioso ejemplo que tiene que ver con la ceremonia japonesa del té que celebra las alegrías simples de la vida.

Hice base hace algún tiempo en este maravilloso conocimiento japonés que junto con la caligrafía, el arte floral Ikebana, Buda Amida, los trazos Sumi e o Suiboku y la ceremonia de Té, me sentí obligada a penetrar más en este mundo y ahí fue en donde encontré lo grande en las cosas simples, la zona áurea la veo perfectamente delineada, después estudié que todas las casas de té y jardines de té en Japón fueron diseñados por venerados maestros del té. Por lo general fueron pintores, arquitectos, poetas y también jardineros como Kaburi Enhso que construyó el salón de té Bosen siglo XVII. Este es uno de los principales ejemplos de la unión entre el interior y el exterior.

Las limitaciones proporcionales compartidas de esta arquitectura reflejan un principio básico de formación según patrones, que impregnan toda la vida y el arte en Japón. Por ejemplo, los poemas haiku se restringen a diecisiete sílabas, dispuestas en tres líneas de cinco, siete y cinco sílabas. Estos angostoss límites dan lugar a una potente expresión mediante la sugestión de los detalles, una forma del poder de los límites.

El pueblito montañoso:

Bajo la nieve apilada

El sonido del agua.

Shiki, siglo XIX

Pétalos caídos se alzan

de regreso a la rama; observo

¡oh… mariposas!

Moritake, siglo XV

¡Acabo de llegar de un lugar

en el fondo del lago! Esa es la expresión

del rostro del patito.

Joso, siglos XVII-XVIII

Y así con este tono, me voy metiendo al final de este artículo en el que con toda la responsabilidad y desafío que implica, busco encontrar caminos, rutas que unifiquen el todo. En el que la razón y el corazón no se escapen de una llamarada, de una luz, posiblemente al final del túnel, un conducto que podría ser largo y obscuro para algunos de los generosos lectores.

En mi caso no es así, creo fervientemente que la voluntad humana encausada tiene más probabilidades de deshacer madejas, tejiendo hilos que formen una telaraña que atrapen intenciones que permitan que este acto natural en sí mismo que tiene que ver con la sección áurea ó proporción divina nos lleve en su oleaje y la intención de cooperar unos con otros sin importar la especie se consolide en un todo evolucionado.

Peco de idealista? No lo sé, pero desde yá puedo decirles que cuando miro hacia atrás, veo que pude desbarrancarme algunas veces, este afán de escudriñar por los distintos caminos de la vida a veces te llevan al filo de la navaja, observo que siempre hubo arbustos que milagrosamente me sostuvieron. Esos arbustos siempre han tenido nombre y apellido, son generosos humanos y animales que me han brindado la mano, de una u otra manera me guían, me acompañan, me inyectan fuerza, pasión, voluntad y Fé en que el orden natural de las cosas es el principio y final , alfa y omega de un algo nuevo, transformado.

Reflexión:

Ahora mismo que lo escribo, me viene a la mente un mundo de nombres de mujeres, amantes de sus ideas, provocadoras con sus destinos, incitadoras y seductoras para rebasar sus propios límites que la utilidad en sí misma, es apartarlos, romperlos, trozarlos; sacarlos del camino si en lugar de allanar, aprisionan e invaden.

Siento que estas palabras deben llegar a un buen puerto, lo dedico a todas ellas que se han dado el tiempo de ocupar un lugar en mi sueño, en mi aspiración, en mi intención. Cada una bien parada en un puesto ya sea como acompañante, referente, amiga, maestra o tutora.

A todas ella, silenciosas o no: gracias, gracias, gracias.

Estoy lista para escuchar, sentir y vivir las etapas que falten de vida y así como la manada de lobos en la que cada uno ocupa su lugar con la intención de caminar con un solo fin, un solo objetivo, así me formo y me enfilo para desafiar mi propio destino: en grupo, en manada.

lobos